lunes, 13 de agosto de 2012

Como si mi garganta fuese la cuerda de un piano


Como si mi garganta fuese la cuerda de un piano, rodeado de otras tantas cuerdas de piano, que son las notas de esta pieza,
Como si mi garganta fuese la cuerda de un piano, rodeado de otras tantas cuerdas de piano, que en rápida alternancia son golpeadas por macillos, y producen ondas que vienen a vibrar a mí y entre ellas y en la caja de resonancia, y en todo el aire a mi alrededor, que fuese sólo esta música,
Como si mi garganta fuese la cuerda de un piano, rodeado de otras tantas cuerdas de piano, hasta un total de 88, espero el golpe de mi macillo, propio y distinto, espero a mi voz, que diga algo, y escape y que, sin embargo, calla,
Como si mi garganta fuese la cuerda de un piano, rodeado de otras tantas cuerdas de piano, vibro en el silencio continuo de estas bachianas de Villalobos, que unió los dos imposibles de catedrales y playas, de Lepizig y Río.
Y la música a mí sólo me atrapa y me deja solo en una vibración por simpatía de otras tantas gragantas como cuerdas de piano,
Y mi garganta no dice nada, solo vibra en mi propio silencio, lleno desde el atardecer de ayer, y ya continuamente en la noche pasada, y en el amanecer de hoy, y tambien en el desayuno y en este momento exacto en el que escribo para escapar de tanta belleza de la que no quiero escapar.

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