sábado, 24 de septiembre de 2011

digresión verborrea buxtehude



Hoy, mientras cenaba con la familia, mi pensamiento estético se ha disparado.
La secuencia ha sido más o menos así: Los Simpson en la tele y alrededor de la mesa un debate sobre la influencia del modelo americano en la educación.
En seguida me ha venido la idea del modelo dominante más en relación con el canal de transmisión que con el contenido. Creo que los Simpson tienen un capítulo sobre el tema. De hecho, ellos son el ejemplo, como tantas otras series de animación americana, de que lo que pretende criticar al sistema, emitido por las vías de dominación, léase la fox, se convierte enseguida en dominante, en moda ello mismo. La crítica se ahueca por ahí. Se envilece y se desgasta.
De ahí, de ese bucle, no ha sido dificil deslizarme hacia Mcluhan, el medio es el mensaje, claro. Y en seguida al problema de la comunicación posmoderna, parecida a la mística, que pretende abarcar en un lenguaje condensado los sentidos del sentido.  Es decir, se formula de forma que quede en lo posible libre del contexto, abarcando ella misma todos los contextos. Su ambigüedad, como los adagios antiguos o las lecciones orientales es su fuerza. Me temo que en occidente, y en el periodo justo anterior a nosotros, esto era una forma de superar lo que se abrazaba, es decir la contextualización /descontextualización como práctica artística y filosófica, es decir estética.
Hubiera sido más facil decir, con claridad, que el medio importa más que el mensaje. Así todos hubieramos podido comprender la máxima y yo hubiera podido introducirla en la conversación con mi familia, sin necesidad de extenderme en pedanterías ni adoraciones místicas al lenguaje.
Cuando me he incorporado a la realidad, ellos ya estaban en otra cosa, claro. Me he acordado de Unamuno cuando dijo que lo que no significa, ya significará. Estructuralismo puro, con permiso de Humboldt. En fin. No sé por qué he pensado en esto.

Ni en Buxtehude



Parte 1


 Parte 2




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